Nada más empezar esta historia ya sabía que algo no saldría bien.
Tantos sentimientos mezclados a la vez no podía ser algo bueno, no le dejaban aclarar sus ideas ni pensar con detenimiento una sola vez. Pero no le importaba, ¿qué podría salir mal? Pensaba. Y la respuesta era sencilla, nada podría salir mal. Todo, absolutamente todo, era perfecto; la luna en el cielo, el mar, las estrellas, las canciones, las risas, los secretos... Pero el verano paso y con él los buenos momentos y todo cambió. Y de esta forma la historia termino.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y todavía hoy, se pregunta por qué. Aunque a su mente la mande callar no puede olvidar lo que les unió.
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