29 de septiembre de 2010

29.09.10

Cada sentimiento era como un puñal clavado en lo más profundo de su ser, no podía dejar de pensar en todo lo que ya no tenía y que sabía que había perdido por una estupidez.
Recordó aquellos momentos en los que los dos, felices, hacian planes de futuro. ¿Dónde quedo ese tiempo?
Olvidado en las memorias del ayer.
Rompió todas las fotos que tenía de él.

27 de septiembre de 2010

27.09.10

Nada era como se había imaginado en un primer momento.
La única verdad era que los dos se seguían amando pero las cosas eran tan difíciles.
No podían estar juntos, sus familias se lo impedían.
Tenían que verse a escondidas y no podía ser tan a menudo como ellos querrían.
Ella suspiraba cada noche mirando a la luna preguntandose que haría él y donde estaría. Cerraba los ojos y se lo imaginaba alli y entonces sonreía y le besaba.
Él tumbado en la cama y con una guitarra, componía canciones que cantarle cuando la viera.
La echaba de menos al segundo de dejarla y no podía esperar a verla de nuevo. La necesitaba.
Ambos luchaban por un amor que parecía imposible pero por aquellos momentos, aunque fueran pequeños, que los dos pasaban juntos merecía la pena todo el sufrimiento.

26-09-10

No entendía absolutamente nada de lo que pasaba pero le bastaban sus sentimientos para saber que nada podría cambiar.
Allí estaba él, con su mirada perdida, sin verla ni darse cuenta de que la necesitaba.
Caminaba hacia él con la esperanza  de que al levantar la cabeza y cruzar la mirada reconociera esos ojos azules que antes amaba y que ahora no sabía muy bien por qué olvidaba.
Él lloraba la perdida de aquella amada a la que nunca tendría porque un día vio que la perdía.
Ella pensaba en lo que podía ser o haber sido y se preguntaba preocupada si había estado equivocada al pensar que él la amaba.
Los dos inventaban mil excusas, razones y verdades para olvidar a la persona amada.
Y un día, casi con la esperanza perdida, quiso el destino guiar su camino.
Basto una sonrisa, una mirada y una palabra para darse cuenta de lo que ambos sentían.

26 de septiembre de 2010

Cuando somos niñas soñamos con tener ese cuento de hadas que tantas veces nuestras madres nos lee a la luz de una pequeña lámpara en nuestra cama. 
Esperamos ese beso de un príncipe azul que nunca llega y mientras tanto pensamos que todos los demás son simples sapos para llegar a nuestro verdadero amor.
Queremos un beso de amor que nazca de lo más profundo de la persona que tenemos a nuestro lado.
Sólo lo queremos a él.
Su corazón, su alma, su amor. Y mientras tenemos nuestras pequeñas fantasías pensamos que en realidad nunca nos han besado.

22 de septiembre de 2010

22.09.10

sNo hay nada más que silencio a mi alrededor.
No se escucha ni la música, ni los gritos, ni los llantos.
Ahora todo está en paz.
Quiero olvidar las palabras que me dijiste, que hirieron mi alma, que me atormentaron.
Pero es imposible.
Resuenan en mi cabeza una y otra vez en este silencio.
Lágrimas que caen por mis mejillas.
Saladas al sabor, amargas en realidad.
No hay nada más que el olvido para volver a empezar.

17 de septiembre de 2010

Deseo

Miro al cielo y quiero pedir un deseo a una estrella y esperar a que se cumpla.
Mi deseo sería tenerte de nuevo a mi lado.
Necesito escuchar tu voz y sentir tu respiración.
Quiero probar el sabor de tus labios y ver el color azul de tus ojos.
A lo mejor es que aún vivo de un pasado que se me antoja muy lejano aunque sé que es más bien cercano.
Dicen que debo odiarte o al menos olvidarte pero por más que intento convencer a mis pensamientos que todo fue un error mi interior me dice que había magia.
Y como olvidar aquellos momentos en los que el mundo se limitaba a tu mirada, a tus pensamientos, a tus canciones, a tu sonrisa.
Como olvidar todos aquellos momentos en que los dos eramos héroes de un tiempo.
Un pasado cercano, un futuro lejano.
Caminos y vidas diferentes. En mundos paralelos.
Sin deseo me quedo. No sé pueden pedir cosas imposibles.
Y ahora cada uno por su camino.
Yo olvidándote y tú... lo más seguro que ya ni siquiera te acordarás de esta pequeña muchacha a la que una tarde de verano le vendiste todas sus esperanzas.



16 de septiembre de 2010

16.09.10

Tú, acercate. Dime tu nombre. Cómo has llegado hasta mi sería una cuestión interesante.
Pero ahora mismo eso no importa. Puedo ver tu pasado a través de tus ojos.
Y sé que has sufrido. Te preguntarás como lo sé. Es fácil, puedo leerte la mente. Y la tuya es como un libro abierto.
No te asombres, acabas de cruzar el portal dimensional y sí, lo sé, no era tu intención pero aquí estás.
Y ahora te regirás por nuestras reglas. 
No puedo decirte cuales son. Lo siento. Las tendrás que descubrir.
Entiendo que no sea justo o al menos comprendo que eso sea lo que pienses.
Te terminarás acostumbrado y puede que en algún momento consigas volver a tu otra vida.
Bienvenido a nuestro mundo.


15.09.10

Cada noche tenía el mismo el mismo sueño, en el aparecía aquel rostro que nunca había visto pero que tan conocido era ya para ella. Sus ojos azules le miraban pidiéndole que le buscaran. Y aunque ella no paraba de bucarlos nunca los encontraba.
Era estúpido pero estaba totalmente enamorada de él. De su sonrisa, de la manera en que la miraba , de cada detalle con el que soñaba, como si todo aquello fuera real.
Había pensado en ir un psicólogo porque no podía estar muy cuerda pero algo en su interior le decía, que aquel chico de mirada extraña , existía.
Y así, seguía esperando noche tras noche soñar con él.

13 de septiembre de 2010

13.09.10

Nada podía cambiar, todo era como siempre.
La habitación estaba levemente iluminada, él estaba en el centro. Sentado en su silla, pensando en algo que estaba fuera de mi alcance.
Lo quería pero había algo en su forma de actuar, en su forma de no mirarme a la cara cuando esperaba respuesta sobre su pasado que me echaba para atrás.
Quería confiar en él, no pensar en nada que fuera contradictorio a mis sentimientos pero cada día influían más en mi las opiniones ajenas. No podía dejar de pensar que no me quería. Mi cabeza se llenaba de pensamientos negativos, de que él me utilizaba para conseguir algo.
Y preguntarle era inútil.
Volvió la cabeza y me miró, sonrió y se levanto acercandose lentamente.
Me cogió de la cintura y me atrajo hacia él.
Me abrazo y susurrándome al oído me dijo que me quería.