30 de julio de 2010

Habían pasado varios días desde la última vez que lo había visto, lo seguía amando aunque lo ocultará en lo más profundo de su ser. No quería que nadie lo supiera ni que se lo notará. Lo había dejado y tras su marcha, su corazón se había partido en dos. Pero era lo correcto, lo que tenía que hacer. Tal vez así él sería feliz y mientras, ella intentaría buscar el amor en otro. Aunque nunca sería lo mismo. Lo sabía pero era lo único que podía hacer.
Ahora ya no pertenecía a su clan, ya no era uno de los suyos. 
El chico de los ojos azules se le acercó, le preguntó si necesitaba algo. 
Era guapo, tal vez él podría ser el sustituto perfecto.

Pensamiento

Tal vez no haya nada que pensar y esta vez dejarse llevar y creer en la felicidad.


13.01.10

Tras varios días de espera por fin llego la noche.
Ella la esperaba nerviosa.
El destino había unido dos caminos.
Tras una velada de besos, caricias, abrazas y palabras susurradas al oído; las distancia los separo.
Ahora sólo queda la esperanza de que vuelva su sonrisa en una noche estrellada.

29 de julio de 2010

Otro día más había podido acercarse a él y hablar durante unos instantes, no era mucho, pero lo suficiente para calmar su corazón y la necesidad de él.
Sabía que no tenía nada que hacer pues lo más seguro que él ni siquiera se diera cuenta de su existencia, pero su sonrisa, aquella que le dedicaba a veces por unos segundos le bastaba para ser feliz.
Le gustaba pensar que algún día se daría cuenta de que ella estaba ahi y que podría tener una oportunidad.
Nadie le podría quitar la esperanza y mientras tantos, jugaba a bailar con la felicidad por unas horas.

28 de julio de 2010

Historia...

Esa noche había quedado con todos sus amigos como tantas otras veces, iba a pasarselo bien y tenía bueno presentimientos.
Noe se puso su camiseta negra favorita y los vaqueros que mejor le quedaban. María la esperaba en el portal de su casa estaba impaciente.
Fueron a buscar a sus amigos y entraron en el bar de siempre, de repente su mirada se cruzo con unos ojos que le resultaban familiares. No podía ser, seguramente estaba alucinando, así que volvió a mirar. Y sí, era él. Marc estaba mirandola con una sonrisa y se acerco a ella, le dió dos besos. Empezaron a hablar de cuando eran niños, de los momentos que habían pasado, de todos sus recuerdos. Noe empezo a sentir algo por él, aunque más que empezar era el recuerdo de un sentimiento que hacia años que había tenido.
La noche paso rápidamente y Noe estaba triste, no sabía cuando volvería a verle. Habían pasado muchos años desde que se lo habían encontrado por última vez y eso que vivían en una ciudad pequeña.
Un fin de semana, se lo volvió a encontrar, se miraron y se sonrieron. Mientras ella pedia en la barra, él se acerco lentamente por su espalda y le acarició con dulzura el pelo. Un gesto que sólo ella sintió.
Así empezaron las noches en las que los gestos eran tan sólo para ella, sin que nadie más se diera cuenta. Así él se acercaba a Noe lentamente sin dar a conocer sus verdaderos sentimientos, tal vez porque ni él mismo los conociera.
Después de varios meses de juegos, una noche de verano, él se dió cuenta de lo que sentía y empezo a demostrarlo. No quería que fuera muy evidente, sólo que ella se diera cuenta de lo que sentía para saber si era correspondido, a lo mejor así todo era más sencillo.
Mientras tanto Noe no entendía nada, y en casa pensaba mil y unas cosas. A veces incluso pensaba que él no la quería, sin saber lo equivocada que estaba.
Marc pasaba a la acción. Noe se dejaba llevar.
Así una noche, cuando la luna brillaba en el cielo, sin darse cuenta de lo que estaban haciendo, los dos confesaron su amor a luz de las estrellas. Y se besaron. Un beso que ambos recordaron por los tiempos de los tiempos. El primer beso de otros muchos.

27 de julio de 2010

Amor *

Nunca entendi muy bien como funcionaba esto que llaman amor, nunca me enamoré.
Pensaba que era algo que les pasaba a los demás, yo me sentía atraída por unos chicos. Me gustaban, salía con ellos durante unos meses pero después me aburrían, mis amigas me decían que era una bala perdida y que nunca cambiaría. Ellas encontraron el amor mucho antes que yo y parecían tan felices.
Pero no era capaz de pasar del simple enamoramiento... o al menos eso pensaba yo. Aquella noche todo cambió, vi tus ojos azules, tu sonrisa dulce. Vi como me mirabas y me rendi a ti. Y ahora comprendo porque hasta entonces nunca había amado, porque te estaba esperando. El destino nos estaba aguardando a los dos y ahora te quiero por encima de todo, te amo con todo mi corazón.

25 de julio de 2010

Adiós

Me he dado cuenta de que no te tengo y de que nunca te tuve, que no debo pensar más en ti y que quiero olvidarte.
Decidi romper tus fotos y romper nuestros contactos.
Decirte adiós y olvidar lo que paso.
Sé que no volveré a verte, sé que ya te marchaste y es hora de seguir adelante.

Buscando el destino ** ( final)

El silencio reinaba en la habitación, ninguno se atrevía a decir nada. Iria sabía que tenía que continuar pero no podía y él no entendía muy bien a lo que se refería, ¿habría pasado algo aquello noche que no recordará?
- No te acuerdas, ¿verdad?- dijo Iria con una sonrisa.
-No...- dijo duditativo.

- Me besaste... en el portal de mi casa. Estabamos jugando como siempre a pegarnos y de repente te acercaste y me besaste. 

- ¿Yo? ¿Estás segura? Si te hubiera dado un beso creo que acordaría, era lo que más deseaba y además tú habrías estado sin hablarme durante una semana o más.

-Eso era lo que tendría que haber hecho o al menos era una respuesta lógica pero no lo hice.
- ¿Por qué?

- Que más da eso ahora...
- Dimelo... Necesito saber la respuesta.

- Ian... dejalo... en serio. No tiene importancia... 
- Claro que la tiene. ¿Acaso sentiste algo?
- .... - Iria dudaba si contestarle.

- Tú silencio me da la respuesta que tú no te atreves a darme.
- Lo sé

- Por eso no te cabreaste ni me lo recordaste, sentiste algo y quisiste alejarlo de ti. Olvidarlo.

- Te estás equivocando. Nos besamos, tus besos eran apasionados y una parte de mi reacciono de una manera que no pensaba nunca que pudiera ocurrir. Me deja besar y te bese cuando te apartaste. Necesitaba más pero en un momento dado dijsite que eso no estaba bien, que estaba él y que no podías hacerle daño. Te apartaste y te fuiste. Al día siguiente no me lo recordaste ni me pediste perdón, así que supuse o que querías hacer como si nunca hubiera pasado o que lo habías olvidado. Las dos opciones me resultaban sencillas. Y no me atrevi a preguntarte si sentias algo por mi.

- Te bese y lo olvide...

- Ian... te quiero. 

Y así, Ian se acerco lentamente a ella y la beso. Aquel beso nunca lo olvidaría.





22 de julio de 2010

Buscando el destino** (quinta parte)

La verdad es que no sabía que hacer ni tampoco como se iban a desarrollar los acontecimientos, sólo podía asegurar que ella estaba allí. Y mientras cogía las dos cocas colas, pensaba en lo que podría decirle esa noche. Si era el momento adecuado para actuar para seguir adelante y decirle todo lo que sentía o intentar seguir olvidandola, al final el tiempo haría su trabajo y encontraría a alguien que cubriera ese amor, a alguien especial que no fuera ella.

Entro en el salón y le dio una de las latas . Decidió que sería él quién tomará la iniciativa, ya que había ido hasta alli y quería respuestas, las iba a tener. Aunque no le gustaran y eso significará pederla para siempre. Era lo único que podía hacer.

-Para mi tampoco han sido fáciles estos días. No me gusta alejarte de mi ni pasar de tus llamadas o tus mensajes pero por mucho que nos duela es mejor que la distancia separe nuestros sentimientos o al menos los míos. No te lo he dicho hasta ahora, la verdad es que no  dudo de que tú ya te hayas dado cuenta porque no soy nada disimulado. Estoy totalmente enamorado de ti y por eso aunque te parezca extraño, vine a Barcelona cuando me surgio la oportunidad. Tú... tú estás con Alberto y es uno de mis mejores amigos y no puedo hacer nada por  evitar sentir lo que siento por ti. Así que lo mejor es esta distancia, sé que duele pero tendremos que aprender a vivir así.

Iria lo miró sorprendida.

- Pero estás equivocado... - Iria intento explicarle que Alberto y ella habían roto.

- Shuts... calla, dejame que termine y después podrás decirme todo lo que quieras.- dijo poniendole el dedo índice sobre sus labios- No sé si recordarás hace unos meses, un sábado que todos se fueron a casa y nos quedamos tú y yo solos.

- Si, me acuerdo de ese día, iba un poco perjudica sino recuerdo mal- se rio.

- Pues ese día me di cuenta que no podía permanecer ni un minuto más junto a ti sin evitar besarte, abrazarte y decirte que te quería. Que no podía reprimir más este sentimiento. Y que lo mejor era irse. Necesito tiempo Iria, olvidarte y verte sólo como amiga. Quiero tenerte cerca pero sin sentir algo más que simple amistad. ¿Entiendes por qué he pasado de ti este tiempo? No es que no quiera, es que no debo... 

Iria se acerco lentamente hacia él y le beso, un beso suave pero apasionado. No tenía palabras, sabía que sino actuaba lo perdería para siempre. Él se separo.

- Pero , ¿qué haces? Y Alberto... no... no podemos hacerle esto.. yo... - Iria le sonrio.

-Ahora te toca a ti escucharme. Alberto y yo lo hemos dejado. Bueno, más bien yo he roto con él.

- ¿Por qué? Sé que lo amas, acaso te ha engañado con otra o ...

- No, no... nada de eso. Me preguntas por qué y la respuesta es sencilla, por ti. Yo también tengo recuerdos de esa noche y hay uno que no se va de mi memoria. Igual no te acuerdas porque también ibas un poco contento, pero yo me acuerdo perfectamente.

Y los dos se quedaron callados recordando lo que había pasado unos meses atrás.

Por qué

Por qué me sigo aferrando a la posibilidad de que tú estes alli, esperando un indicio de que yo sigo aqui.
Todo sería más sencillo si te sacará de mi mente y te alejará a mil kilimetros de mi vida.
Pero no puedo o simplemente, no quiero.

Buscando el destino (cuarta parte)

Subieron a su casa en un silencio sepulcral, era baste incómodo. Iria empezaba a sospechar  que tal vez se había precipitado a la hora de acudir a Barcelona. Lo amaba, eso era cierto, pero él no tenía ni idea. Y por lo que veía y sentía, estaba bastante cabreado con ella. No entendía por qué, acaso no la quería aunque sólo fuera como una amiga.
Ian abrióa la puerta de apartamento lentamente, por su cabeza le pasaban mil y un pensamiento y no sabía que hacer. Allí estaba ella, con sus pantalones vaqueros y esa camiseta que tan bien le quedaba. Le indico que pasrá con un gesto de cabeza pero ella se quedo parada durante unos segundos, parecía no querer entrar.


- ¿No vas a entrar? No creo que sea muy cómodo quedarte en las escaleras a dormir, me da la sensación de que son un poco frías y duras. Además mis vecinos no creo que lo vieran con buenos ojos.- Sonrió y la cogió de una mano atrayendola suavemente hacia él. - Venga pasa, veo que ni siquiera te has traido una mochila con un pijama y cosas de aseo. Has debido salir totalmente a la aventura, ¿no? Tú siempre tan loca.


Iria sonrió levemente.


- No te preocupes por eso, ya te dejo una de mis camisetas viejas. Aunque si te piensas quedar muchos días no creo que eso sea de gran ayuda. Pero no creo que dures mucho tiempo aquí.


- La verdad es que sólo quería hablar contigo, pienso volver mañana a primera hora. No quiero molestarte más de lo necesario.


- Para hablar no hace falta que vinieras hasta aquí, ¿sabes? Existe una cosa que se llama telefono, en dónde descuelgas marcas un número y puedes hablar con la otra persona aunque este lejos de ti.


- Ja, ja!! ¡Qué gracioso! Igual para eso tú tendrías que contestar alguna vez. Cosa que no haces mucho últimamente.


Ian la empujo suavemente hacia dentro de la casa.


- Sabes, te echo de menos. Necesito tener nuestras conversaciones, tenerte cerca. Te necesito a ti- dijo Iria acercandose a él para darle un abrazo.


- Las cosas han cambiado, y lo sabes. Yo estoy aqui y tú...


- Yo... yo sigo aqui aunque nos separen kilometros de distancia.


Ian la miro durante un rato y sonrio, para ella sólo era cuestión de amistad, él lo sabía muy bien. Estaba totalmente enamorada de Alberto y eso... eso nadie ni nada lo podría cambiar.


- Vamos a sentarnos en el sofá y a tomar algo tranquilamente y hablaremos, después te puedes echar en mi cama. Yo dormiré aqui. ¿Te apetece una coca cola o prefieres otra cosa?


- Una coca cola, estará bien.


Y mientras Ian se iba a la cocina a buscar dos refrescos, ella se quedo sentada en el sofá pensado en todo lo que había pasado hasta ese día.

12 de julio de 2010

^^

A veces no basta sólo con desear una cosa, tienes que luchar por ello.
Y cuando lo consigues, una sonrisa nace en tu cara y no se borra.
Y te sientes afortunado, y sientes que bailas con la felicidad.
Nada puede borrarte la sensación de triunfo.
Nadie puede quitarte tu momento.



Enhorabuena... es vuestro momento.

8 de julio de 2010

Iba a seguir escribiendo mi mini historia.. pero necesito desahogarme, así que pondré otra cosa. Y sí, es sobre él. Y sí, sé que no tendría que seguir sintiendolo.. pero es lo que hay.


No sabía como ni por qué pero aunque intentaba alejarlo de su corazón cada vez que un sentimiento empezaba a florecer, sabía que seguia ahi. En lo más profundo de su ser entendía ciertas cosas y dudaba de otras, pasaba el tiempo pensado en como podría haber sido si algunos de los dos hubiera actuado de otra manera.
Él y su orgullo, ella lo sabía. No había nada que hacer, lo entendió en el momento que decidio dejarlo todo porque le hacia daño, aunque lo amará.
Y ella, en su momento tuvo miedo de lo que descubrió que sentía. Se autoconvencio de que estaba confudida, de que no tenía que hacer nada porque no le pertenecían esos sentimientos.
Y ahora nada quedaba, al menos nada que fuera palpable.
No sabía lo que él sentía, si la echaba de menos, si quería verla.
Y ella buscaba alguna excusa para poder ir a verle pero siempre se echaba para atrás por mil motivos.
Aunque en lo más profundo de su ser sabía que algún día tendría otra oportunidad.
Tal vez... encontrará el camino de estar junto a él sin que nada más importará.

Buscando el destino (Tercera parte)

Iria estaba en el portal de la casa de Ian, esperando a que llegase. Había tocado el telefonillo pero nadie le abría. Dudaba de si había sido una buena idea ahora que estaba alli, tal vez le podría haber avisado con un mensaje aunque lo más seguro que él no hubiera contestado como hacia siempre. Se sento en el portal y comenzo a recordar como lo había conocido, era amigo de Alberto, su ex.
Alberto, ese chico en el que no se quiso fijar y termino saliendo dos años con él. Le había hecho daño y lo sabía pero albergaba la esperanza de que en un futuro no muy lejando, cuando él empezará a dejar de sentir ciertas cosas por ella, pudieran volver a ser amigos. Él la comprendía como pocas personas lo hacian, y valoraba mucho su amistad.
Ahora que había empezado a pensar en Alberto no podía parar de hacerlo, se conocieron en una fiesta a la que fue un poco obligado por su mejor amiga, Lea. Ese fin de semana no quería salir de casa, no le apetecia arreglarse e ir de bares, pero no sabía como habían terminado en el nuevo pub que habían abierto en una de las zonas de marcha de Zaragoza.
Alberto estaba con sus amigos y con su hermano con él que tan sólo se llevaban un año de edad.
Era un poco más alto que ella, moreno y con ojos marrones. Un chico normalito, pero le había llamado terriblemente la atención. Tal vez fue su sonrisa.
Justo en ese momento escucho ruido en la calle y alzo la vista, era Ian.
Él se la quedo mirando durante unos instantes antes de acercarse y saludarla.

- Hola Iria, ¿Qué haces aqui?- Se sentó su lado en el portal y le dio un beso en la mejilla.

- Necesitaba verte, quería decirte algo.

Ian miro el reloj, era tarde. Casi la una de la mañana.

- Es muy tarde. ¿A qué hora has llegado?

- Hace un rato, eso no importa. Puedo quedarme en tu casa esta noche y mañana hablamos.

Ian dudo durante un momento, le había costado mucho dejar de pensar en ella. Era la novia de uno de sus mejores amigos y no podía ni debía pasar nada. 
Miro su cabello moreno sujeto con una coleta. Sus ojos verdes y su media sonrisa. Y aunque la razón le decía que no ....

- Claro, dormiré en el sofá y tú puedes dormir en mi cama.


Ian se levanto y le tendio la mano a ella para ayudarla.

7 de julio de 2010

Buscando el destino (segunda parte)

Pasaban las horas e Ian no le contestaba, eso sólo podía significar una cosa. No quería saber nada de ella. Lo comprendía. Había tardado mucho en darse cuenta de todo lo que significa para ella y ahora lo había perdido.
Una lágrima empezaba a resbalar por su mejilla pero no quería llorar, seguía sintiendo miedo a lo que podría pasar, a que él la dejará para siempre y no quisiera saber nada ella. Pero iba a luchar por lo que sentía en lo más profundo de su corazón, lo quería y lucharía por él con todas sus fuerzas hasta que no le quedará ninguna esperanza.
Cogio su maleta pequeña y metio sus cosas para pasar un par de días fuera. Iba a ir a Barcelona. Iba a decirle todo lo que sentía y después sería el tiempo el que le daría las respuestas. Nada más podía hacer, lo que sabía es que no debía quedarse en su casa y no hacer nada. Así no se arrepentería de no haber hecho nada. Tenía un lema en su cabecita, es mejor arrepentirse de lo que has hecho de lo que pudieras haber hecho y no hiciste por miedo a perder.
Así que se dirigió a la estación de autobuses y cogio el primero que iba camino de Barcelona.

6 de julio de 2010

Buscando el destino (primera parte)

Iria estaba sola en su habitación escuchando una de sus canciones favoritas, habían pasado ya dos meses desde que él se mudo de ciudad y no tenía noticias. No podía dejar de pensar en él, en su sonrisa, en sus preciosos ojos azules, en los abrazos que le daba cuando estaba triste, en todos aquellos momentos que habían vivido juntos, los buenos y los malos.
No se había dado cuenta de lo que sentía hasta que se marcho. Y entonces era demasiado tarde. Había pensado mil y una vez ir a Barcelona a visitarlo, decirle lo que sentía pero había algo que la retenia. Y no sabía muy bien que era. Tal vez miedo a ser rechazada, y eso que intuía que él sentía lo mismo.
A su mente llegaron retazos de aquella noche en la que se despidieron, dónde todo pudo cambiar pero ella tenía novio y lo queria demasiado como para hacerle aquello. Y sus sentimientos en ese momento estaban totalmente liados.
Ahora había roto con Alberto, y nada quedaba entre ellos dos. Ni siquiera una amistad después de dos años de noviazgo. Él no había entendido que ella prefiriera a Ian.
Ian... su pelo negro cayendole en la cara, sus ojos azules, su sonrisa...
Iria cogió el telefono y lo llamo pero al otro lado nadie contesto. Seguramente estaría en el trabajo o a lo mejor había salido a tomar unas cañas con unos amigos.
Sólo le quedaba el silencio de la tarde, la música de su ipod y los recuerdos de todo el tiempo que estuvieron juntos siendo amigos.
Le mando un mensaje:
"Hola Ian, ¿qué tal te va todo?
Te echo de menos, cuando puedas llamame.
Necesito escuchar tu voz y tengo algo que decirte"

3 de julio de 2010

Superando el momento que temía , se dio cuenta que no había nada que temer.
Ya estaba todo hecho.
Ya no importaba nada.
Sólo había que sonreir porque no era cobarde.
Porque todo era como tenia que ser.
Porque a veces el final no es como esperas, simplemente es un final. Sin más.
Y pronto encontrará aquello que quería, y sin saber por qué sonreiria.